A Daniela le encanta el agua, por eso aceptó gentilmente la invitación de un vecino a pasar la tarde en su piscina. Lo que creyó sería pasar un rato tranquilo y relajada terminó siendo muy movido. Nada es gratis.
A Daniela le encanta el agua, por eso aceptó gentilmente la invitación de un vecino a pasar la tarde en su piscina. Lo que creyó sería pasar un rato tranquilo y relajada terminó siendo muy movido. Nada es gratis.