Lo que era una tranquila partida de poker una tarde cualquiera, termino a lefazo limpio ya que éstas dos guarras perdieron hasta el último euro que traían. No les quedó otra que pagar sus deudas con los coños
Lo que era una tranquila partida de poker una tarde cualquiera, termino a lefazo limpio ya que éstas dos guarras perdieron hasta el último euro que traían. No les quedó otra que pagar sus deudas con los coños